En esta memoria litúrgica de la Beata Armida Barelli, queremos rezar con las palabras de la Encíclica Dilexit nos, que se centra en el Sagrado Corazón de Jesús, que Armida amaba tanto que lo llamaba “su talismán”.
El Papa Francisco nos invita a “volver al corazón” en un mundo en el que estamos tentados de “convertirnos en consumistas insaciables y esclavos de los engranajes de un mercado”. El corazón es, en efecto, el lugar “donde somos nosotros mismos”, donde residen las preguntas sobre el sentido de la vida, las opciones, las acciones.
Esta tarde queremos dar gracias a Dios por habernos dado a nuestra Hermana Mayor, que con sus enseñanzas nos estimula a encomendarnos siempre y a confiar en el Sagrado Corazón, y queremos rezar por los miembros de los tres Institutos que forman nuestra familia espiritual: por las Misioneras, por los Misioneros y por los Sacerdotes Misioneros del Reinado de Cristo, para que sean mujeres y hombres de corazón abierto y acogedor.
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